En 2003, los ingenieros estadounidenses Martin Eberhard y Marc Tarpenning tomaron una decisión trascendental para la historia: fundaron Tesla Motors. Tesla Motors surgió como fabricante de vehículos y empresa tecnológica. Esta compañía otorga gran importancia al desarrollo de la tecnología de baterías, software informático y motores eléctricos.
Poco después, en el año 2006, Tesla anuncia su producto insignia: el Tesla Roadster (primera generación).
El Tesla Roadster fue uno de los primeros vehículos alimentados exclusivamente por baterías de iones de litio y podía circular unos 320 km con una sola carga. El vehículo tenía un precio aproximado de 70.000 € y utilizaba como base el Lotus Elise. Tesla creó cuatro versiones más del Roadster (Roadster 1.5, Roadster 2.0, Roadster 2.5 base, Roadster 2.5 Sport) antes de dar por finalizada la producción en 2012. Se vendieron un total de 2.500 unidades.
El Roadster no se concibió para convertirse en el producto pionero de Tesla, sino como medio para aprender y desarrollar nuevos modelos en los próximos años.
Mientras Tesla se afanaba en dirigir el rumbo del sector de los vehículos eléctricos, otros fabricantes se ponían las pilas y trataban de seguir su estela...
En 2010, Nissan lanzó el Leaf, un vehículo eléctrico de batería o BEV con carrocería hatchback diseñado en torno a la usabilidad. La popularidad del Leaf fue tal que siguió siendo el vehículo eléctrico más vendido de todos los tiempos hasta 2020, momento en el que el Tesla Model 3 pasó a ocupar su lugar.
Entre 2010 y 2020, se produjeron importantes avances en la tecnología de los vehículos eléctricos. Fueron varios los factores que contribuyeron a este auge (por ejemplo, una tecnología de baterías más inteligente, motores eléctricos más avanzados, mayor demanda por parte de los conductores, desarrollo de la infraestructura de carga pública), pero el más importante fue la caída de los precios del litio. De 1991 a 2018, el coste de las baterías de iones de litio disminuyó un 97 %. Veámoslo con un ejemplo práctico: el Nissan Leaf equipa una batería de 40 kWh; en 2018, la batería costaba alrededor de 6288 €, pero en 1991, solamente la batería costaba alrededor de 195.000 €. Esta caída en los precios hizo que fabricar y comprar vehículos eléctricos fuera mucho más accesible.
Entre 2010 y 2020, se incorporaron al mercado global un total de 46 BEV diferentes, Durante esta década, las compras a nivel global de vehículos eléctricos pasaron de casi 0 a 10,2 millones (6.859.000 de los cuales son BEV).
La revolución de los vehículos eléctricos estaba aquí, y había llegado para quedarse.