Conoce a Chris y Julie: el dúo aventurero que condujo desde el Polo Norte al Polo Sur... ¡en un vehículo eléctrico!
Chris y Julie Ramsey de Plug In Adventures, marito y moglie, avventurieri y sostenitori dei veicoli elettrici, hanno viaggiato per oltre 20.000 miglia attraverse 14 paises, dal Polo Nord magnetico al Polo Sud, il tutto a bordo de un veicolo elettrico! Ci siamo seduti con loro per saperne di più sulla spedizione e sulle loro altre avventure!
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Contadnos, ¿de dónde surgió la idea de la expedición Pole to Pole?
Somos Chris y Julie Ramsey, un matrimonio de Aberdeen (Escocia), y nos apasionan los vehículos eléctricos. Llevamos más de una década superando nuevos límites para demostrar lo divertidos, capaces y emocionantes que pueden ser los vehículos eléctricos. Nuestro primer vehículo eléctrico fue un Nissan Leaf de 24 kWh que adquirimos en 2014. Tenía una autonomía de solo 105-110 kilómetros por carga, es decir, algo limitada para los estándares actuales.
Chris ha sido siempre un apasionado de los coches y se sintió inmediatamente atraído por la tecnología de los vehículos eléctricos. Su primera aventura fue conducir el Leaf por distintas ciudades del Reino Unido: de Aberdeen a Edimburgo, y de Londres a Cardiff y viceversa. En aquel momento apenas había estaciones de carga pública, por lo que todo el mundo pensó que estaba loco. Pero a Chris y a sus amigos les encantaba la emoción y el desafío, y eso desencadenó más aventuras en vehículos eléctricos, cada una más grande que la anterior, que nos llevaron por Europa y otros muchos lugares.
Entre nuestros viajes más destacables está el Rally de Mongolia de 2017, una travesía de 16.000 kilómetros de Londres a Siberia. Fue la primera vez que se realizó en un vehículo eléctrico. Y, por supuesto, nuestro mayor reto hasta la fecha: la expedición Pole to Pole de 2023. Partimos del polo norte magnético, en el Ártico canadiense, y atravesamos 14 países y tres continentes, recorriendo más de 33.000 kilómetros para llegar al polo sur geográfico, en la Antártida. La gente volvió a pensar que estábamos locos, pero hemos aprendido que lo "imposible" solo es imposible hasta que lo intentas.
La idea de la expedición Pole to Pole surgió a raíz de un mapamundi que teníamos en la pared. Originalmente, pensamos en conducir desde el extremo norte de Alaska hasta el punto más meridional de Argentina por la carretera Panamericana. Pero entonces, Chris miró más allá de los bordes del mapa y se preguntó: "¿Y si conducimos hasta los polos?". Nadie lo había hecho antes en un vehículo eléctrico, así que decidimos convertirlo en nuestra siguiente aventura, y aquí estamos, ¡haciendo historia!
¿Cuánto tiempo lleváis conduciendo vehículos eléctricos y cuándo hicisteis la transición?
Llevamos más de una década conduciendo vehículos eléctricos. Nuestro primer vehículo eléctrico, un Nissan Leaf de 24 kWh, se unió a la familia en 2014 y todavía lo tenemos. Sigue funcionando con su batería original y es nuestro medio de transporte diario por la ciudad.
Nuestra andadura con vehículos eléctricos comenzó cuando cambiamos uno de nuestros dos coches de gasolina por el Leaf. Rápidamente nos vimos en plena competencia por el vehículo eléctrico, y fue entonces cuando supimos que teníamos que hacer el cambio definitivamente. Acabamos sustituyendo ambos coches por vehículos eléctricos y no hemos vuelto la vista atrás. Si tienes dos coches en casa, te recomendamos que pruebes algo parecido: cambia primero un coche, comprueba cómo se adapta a tu estilo de vida y decide a partir de ahí.
La conducción de vehículos eléctricos nos abrió los ojos a la sostenibilidad. Nos encantó la conducción tan suave y silenciosa, y saber que nuestro coche no emitía gases de escape. Esa curiosidad nos llevó a explorar otras opciones ecológicas, como la instalación de paneles solares y el almacenamiento de batería en casa. Ahora podemos cargar nuestro coche con energía solar limpia cuando sale el sol, y en los días nublados aprovechamos las tarifas nocturnas más baratas, lo que nos permite ahorrar mucho dinero. Ya no hay necesidad de parar en las gasolineras. Y eso es solo una de las muchas ventajas. La transición al vehículo eléctrico ha sido una de las mejores decisiones que hemos tomado, y nos encanta compartir ese entusiasmo con otras personas que también se lo están planteando.
¿Cuál fue vuestro primer vehículo eléctrico?
Nuestro primer vehículo eléctrico fue el Nissan Leaf de 24 kWh. Lo compramos hace una década y todavía lo usamos. El coche funciona perfectamente y no hemos tenido que cambiar la batería. En el día a día no recorremos muchos kilómetros, por lo que el Nissan Leaf es perfecto para ir a la ciudad, al gimnasio, de compras, etc. Para viajes más largos por el Reino Unido y otros lugares, tenemos un vehículo eléctrico de mayor autonomía, el Model S, además del Nissan Ariya, con una batería de 87 kWh que proporciona aproximadamente entre 420 y 450 kilómetros de autonomía.
¿Cuál era vuestro viaje más largo antes de Pole to Pole?
Antes de la expedición Pole to Pole, nuestro viaje más largo fue el Rally de Mongolia de 2017, una exigente aventura de 16.000 km desde Londres hasta el sur de Siberia, al norte de Mongolia, en un Nissan Leaf de 30 kWh con una autonomía de entre 130 y 145 km por carga.
El Rally de Mongolia es una de las mayores aventuras automovilísticas del mundo. No hay respaldo, ni ruta establecida, ni garantía de que llegarás a la meta. Únicamente consiste en conducir tu coche y, en nuestro caso, nuestro vehículo eléctrico, atravesando montañas, desiertos y bosques por Europa, Georgia, Azerbaiyán, Kazajstán y Rusia. El espíritu del rally tiene que ver con la ruptura, la búsqueda de soluciones y la conexión con la población local, creando recuerdos y amistades por el camino.
Además, conducir un vehículo eléctrico le daba un toque especial. Al no haber estaciones de carga, dependíamos de la amabilidad de personas desconocidas cada 130 o 145 kilómetros. Desde cargar en una comisaría de policía kazaja mientras hacíamos fideos en la mesa del jefe hasta pasar la noche en un parque de bomberos ruso, cada encuentro nos enseñó sobre la resiliencia, la comunidad y el verdadero potencial de los vehículos eléctricos. El hecho de ser los primeros en completar el Rally de Mongolia en un vehículo eléctrico nos inspiró para apuntar aún más alto y nos llevó a concebir la idea de la expedición Pole to Pole, en la que pretendíamos demostrar que los vehículos eléctricos pueden atravesar incluso los terrenos más difíciles.
¿Por qué un coche eléctrico para vuestra expedición?
Para nosotros, la expedición Pole to Pole tenía que ser eléctrica. Todas nuestras aventuras han sido en vehículos eléctricos, e incluso hemos creado la organización Plug In Adventure para mostrarlas. Como apasionados propietarios y defensores de los vehículos eléctricos, nos dedicamos a compartir las ventajas de la conducción eléctrica para ayudar a acelerar la transición a este tipo de vehículos.
Entendemos las preocupaciones de la gente; nosotros tuvimos las mismas cuando adoptamos el cambio hace más de una década. Por eso nos encanta utilizar nuestros viajes para mostrar lo fiables, capaces y divertidos que son los vehículos eléctricos, y para demostrar la cada vez mayor facilidad de carga en los viajes largos. Esperamos que nuestras aventuras inspiren a otras personas a dar el salto y emprender el cambio, tal y como lo hicimos nosotros.
Dejar un legado también nos parece importante. La infraestructura de carga se considera a menudo un obstáculo, por lo que colaboramos con diferentes operadores para instalar estaciones permanentes de carga de vehículos eléctricos a lo largo de nuestras rutas. Por ejemplo, gracias a nuestro proyecto Pole to Pole, ahora existe una red de carga de punta a punta en Perú, que permite a los futuros conductores de vehículos eléctricos viajar por el país con total confianza. También hemos ayudado a instalar estaciones en muchos puntos de Sudamérica, algo de lo que sentimos un orgullo increíble.
A través del intercambio de conocimientos y la sensibilización, esperamos que nuestra historia inspire a otras personas a explorar el mundo en un vehículo eléctrico y se sientan capaces de dar el paso.
¿Qué modificaciones habéis realizado en vuestro Nissan Ariya? ¿Hay alguna que os hubiera gustado añadir?
Para nuestro Nissan Ariya, nos asociamos con Arctic Trucks Polar en Islandia, lo que supuso su primera modificación de un vehículo eléctrico y un verdadero esfuerzo pionero para ambas partes. A pesar de lo extremo del terreno, no alteramos la batería de 87 kWh, la transmisión ni el sistema eléctrico, demostrando así la capacidad de un vehículo eléctrico casi estándar.
Las tres modificaciones principales fueron:
Neumáticos BFGoodrich de 39" con una ligera elevación de la suspensión. En las regiones polares, trabajamos con una presión de entre 27,5 y 69 kPa para conseguir la máxima tracción y distribución del peso sobre la nieve y el hielo más fino.
Una placa inferior de protección contra rocas afiladas y hielo.
Enganches de recuperación en la parte delantera y trasera, que permiten levantar el coche en cualquier ángulo para realizar tareas de mantenimiento o sacarlo de la nieve profunda.
Para mayor comodidad, añadimos una cafetera en el maletero (porque a Chris le encanta su café) y un rooftop Thule para descansar mejor. También utilizamos un receptor de satélite Iridium para mantener la conexión en zonas remotas. Estos ajustes redujeron nuestra autonomía de 480 a unos 240 kilómetros, pero fueron suficientes para afrontar las condiciones más duras y llegar al Polo Sur.
Por lo demás, nos pareció que cualquier otra modificación habría supuesto alterar la batería o la transmisión, lo que no era nuestro objetivo. Queríamos demostrar que un vehículo eléctrico de serie con algunos retoques clave podía enfrentarse incluso a los entornos más duros, demostrando a la gente que sus vehículos eléctricos son capaces de hacer algo más que desplazarse diariamente al trabajo.
¿Cuál fue la parte más dura de vuestra expedición?
La expedición estuvo llena de desafíos, tanto para el coche como para nosotros. Durante 10 meses, vivimos en el coche y nos desplazábamos constantemente de una ciudad a otra para seguir cargando, por lo que nos enfrentamos a temperaturas extremas de -39 °C a +49 °C, lo cual supuso un enorme esfuerzo físico y mental. Sin apenas posibilidad de aflojar la marcha, el ritmo implacable y los horarios ajustados nos dejaron en manos de la pura determinación.
El Ártico, donde comenzamos, fue probablemente lo más duro. Imagínanos en aquel océano helado a -38 °C, navegando por el hielo marino, campos de rocas y vastos espacios naturales con la única guía del GPS. No había carreteras, y las condiciones extremas ponían a prueba nuestra resistencia y las capacidades del coche en cada jornada.
Para añadir aún más presión, supimos que una carretera de hielo necesaria para salir del Ártico se estaba derritiendo mucho más rápido de lo previsto debido al cambio climático. Este giro inesperado nos obligó a acortar nuestros plazos, lo que nos obligó a esforzarnos al máximo para llegar antes de que la carretera helada desapareciera por completo. Estábamos agotados, pero tras cada parada para cargar, seguíamos adelante, sabiendo que aquella sería la experiencia más exigente de nuestras vidas.
¿Cuál fue la mejor parte de la expedición?
Julie
Irónicamente, uno de los momentos más mágicos ocurrió durante nuestro tramo más duro en el Ártico. Justo después de haber abandonado el polo norte magnético, agotados y sin apenas dormir, seguíamos adelante con nuestra apretada agenda cuando alguien gritó de repente: "¡Oso polar!". No esperábamos ver uno, pero allí estaba: un bello y magnífico oso que deambulaba tranquilamente por la tundra. Todo nuestro estrés y cansancio se desvanecieron mientras lo observábamos con asombro, plenamente conscientes del privilegio de ver a este majestuoso animal en su hábitat natural. Aquello nos levantó el ánimo y nos dio la energía que necesitábamos para seguir adelante. Siempre recordaré ese momento con gran alegría.
Chris
Contemplar al oso polar fue algo increíble, pero para mí, lo mejor fue compartir el viaje con Julie. Diez meses juntos en un coche sin descansar suponían un reto, por supuesto. Pero compartir los buenos y los malos momentos, y conocer nuevos países, culturas y comidas codo con codo, hizo que todo aquello fuera especial. Estas aventuras con vehículos eléctricos nos hacen crecer como personas, y cada viaje refuerza aún más nuestra relación.
¿Habéis realizado otro viaje largo en un vehículo eléctrico desde entonces? ¿Cuál será la próxima aventura de Chris y Julie?
¡Por supuesto! Desde que regresamos de la Antártida, hemos viajado mucho con nuestro vehículo eléctrico. Hemos viajado por todo el Reino Unido para dar charlas sobre nuestra expedición, y nuestro viaje más largo fue de Aberdeen a Múnich para asistir al Campeonato de Fútbol EURO 2024 en Alemania. Fue una experiencia reveladora, porque la última vez que nos dirigimos a Alemania durante el Rally de Mongolia en 2017, la infraestructura de carga era bastante limitada. Ahora ha mejorado enormemente, con numerosos puntos de carga a lo largo de las autopistas de Francia, Bélgica, Países Bajos y Alemania. Los 450 kilómetros de autonomía de nuestro coche hicieron que el viaje de ida y vuelta a Múnich fuera coser y cantar. Recorrimos unos 4.000 kilómetros en tan solo cuatro días, incluidas dos noches en Múnich para ver los partidos. Esto pone de manifiesto lo rápido que está creciendo la infraestructura de carga para respaldar el auge de los vehículos eléctricos en todo el mundo.
En lo que respecta al futuro, nos estamos centrando en apoyar a las empresas en sus programas de RSC, ESG y sostenibilidad mediante charlas sobre nuestras aventuras y nuestro viaje hacia la sostenibilidad. También estamos trabajando en nuestro libro Pole to Pole EV, que proporcionará una visión más profunda de cómo se hizo realidad la expedición y de todas las experiencias que vivimos por el camino. ¡No os lo perdáis!
Y por último, si tuvierais que dar una razón para convencer al propietario de un vehículo con motor de combustión interna de que cambie a la electricidad, ¿cuál sería?
Si tuviéramos que elegir una sola razón, sería el importante ahorro de costes que supone un vehículo eléctrico. Desde que hicimos el cambio en 2014, hemos ahorrado mucho dinero en combustible y mantenimiento. Por ejemplo, una carga doméstica que permita recorrer 400 kilómetros puede costar tan solo 7,50 £. Este beneficio económico es crucial, sobre todo porque todos los hogares intentan recortar gastos.
Ahora que los vehículos eléctricos ofrecen autonomías de 240 a 690 kilómetros y varias opciones que se adaptan a todos los presupuestos, nunca ha habido un momento mejor para plantearse la compra de un vehículo eléctrico. La infraestructura de carga se está expandiendo rápidamente, lo que hace más fácil que nunca usar un vehículo eléctrico. Si todavía no te decides, te animamos a que investigues, pruebes un vehículo eléctrico y veas que puede ser la decisión más acertada, como lo fue para nosotros hace una década. Ya nunca volvimos la vista atrás.