Te presentamos a Louise, una conductora de vehículos de gasolina de unos 60 años, que lleva conduciendo desde hace aproximadamente 30 años. Es conductora ocasional de un Vauxhall Astra familiar de 2001. Ella nunca había conducido un vehículo eléctrico ni había utilizado la red de carga pública... hasta ahora.
Aparcamos un Polestar 2 en un cargador Fastned y pedimos a Louise que iniciara la carga con una Electrocard y sin ningún tipo de ayuda. Veamos lo intuitiva que es realmente la carga pública.
Empecemos…
¡Hola, Louise! Antes de iniciar la carga, ¿podrías decirnos cuánto sabes sobre vehículos eléctricos?
No mucho, más allá de lo que he leído en Internet y en los medios de comunicación.
Sé que funcionan con baterías grandes, y que hay distintas velocidades de carga, aunque no sabría decirte cuáles son (o qué se considera lento o rápido). También sé que algunos puntos de carga están equipados con cables, mientras que en otros necesitas tus propios cables; sin embargo, no sabría decirte cuándo los necesitas ni cuál es la diferencia.
¿Dónde aprendiste sobre esto?
En Internet: haciendo alguna búsqueda ocasional en Google, o viendo un vídeo en YouTube. También he leído algunos artículos más detallados en varios periódicos.
Con respecto a las noticias sobre vehículos eléctricos en los medios de comunicación, ¿cuál es la percepción actual sobre la carga pública?
Por lo que he leído, parece que no hay suficientes puntos de carga públicos. Y los que existen están en su mayoría averiados, lo que provoca retrasos y enormes colas.
También he leído que, para tener un vehículo eléctrico, tienes que ser capaz de planificar con antelación y tener un buen smartphone que te pueda ayudar en situaciones difíciles.
No creo que esto haya influido en mi opinión, ya que sé que a los medios de comunicación les gusta armar jaleo, así que aprovecharé la ocasión para comprobarlo.
Esto es lo que pasó...
Ya has realizado tu primera carga. ¿Qué te pareció la experiencia en general?
Relativamente fácil, aunque esperaba que el proceso fuera muy diferente de lo que fue en realidad. Como se trata de una tecnología nueva, había imaginado que habría muchas variables (o botones que pulsar) diferentes de las que había en realidad. Esto explica por qué me llevó tanto tiempo soltar el cable del puerto correspondiente: daba por hecho que había que pulsar un botón, en lugar de simplemente tirar de él.
Tuve problemas con el cable en sí: no parecía tener mucha flexibilidad y me pareció bastante engorroso comparado con una manguera de gasolina de una estación de servicio.
Sin embargo, iniciar la carga fue muy fácil (una vez leídas las instrucciones de la pantalla). Bastó un simple toque en la tarjeta de carga para iniciarse al instante.
¿Encontraste alguna dificultad al realizar el procedimiento de carga pública?
Mi escasa visión, y el peso inesperado del cable, hicieron que enchufarlo al vehículo resultara algo difícil. Tampoco sabía que había distintos tipos de cables de carga, así que primero elegí (lo que ahora sé que es) un cable CHAdeMO, cuando en realidad necesitaba un cable CCS. Habría sido útil una señalización más clara de los puertos de carga.
¿Te resultó fácil e intuitivo utilizar la Electrocard Octopus?
Sí, fue muy fácil e intuitivo. Estoy muy acostumbrada a utilizar tarjetas sin contacto (como las de débito o crédito) y el proceso fue exactamente el mismo, así que no tuve ningún problema. También me gustó ver que la tarjeta funcionaba al instante, y que había instrucciones en el reverso de la tarjeta por si tenía problemas. Me resultó muy útil.
Después de esta experiencia, ¿crees que podrías volver a realizar el proceso?
Sí, sin ninguna duda. Esta ha sido mi primera experiencia cargando un vehículo con muy pocos conocimientos previos, así que incluso con las dificultades iniciales, el proceso es bastante intuitivo y no tardaría mucho en convertirse en algo natural.
¿Te ha resultado útil? ¿O crees que falta algo? Dinos qué te ha parecido.
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